Cómo el sudeste asiático navegaría una segunda presidencia de Trump
La ASEAN se encuentra en una coyuntura delicada ante las implicaciones económicas y geopolíticas de una segunda presidencia de Donald Trump. Mediante la adaptación estratégica y la cooperación regional, los mercados del Sudeste Asiático pueden convertir las posibles adversidades en catalizadores del crecimiento, garantizando que la región no solo resista sino que prospere en medio de las incertidumbres mundiales a corto plazo y se prepare para la resiliencia a largo plazo.
Mientras el Sudeste Asiático se prepara para el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la región se encuentra en una encrucijada que afronta importantes cambios económicos y geopolíticos. El resurgimiento de Trump anuncia la reactivación de su programa “América primero”, caracterizado por políticas comerciales proteccionistas, empleos deslocalizados y una renegociación de las alianzas internacionales. Para los países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), esta evolución conlleva tanto retos formidables como oportunidades inesperadas, que requieren una recalibración estratégica para mantener la estabilidad económica y la seguridad regional en medio de un panorama mundial cada vez más polarizado.
Impacto económico: La amenaza arancelaria
Una piedra angular de la política económica de Trump es la imposición de aranceles sustanciales destinados a reducir el déficit comercial de Estados Unidos y proteger las industrias nacionales. Durante su segundo mandato, Trump pretende imponer aranceles radicales que oscilan entre el 10% y el 20% a todas las importaciones, y hasta el 200% a los vehículos eléctricos, con una postura especialmente agresiva contra los productos chinos, proponiendo aranceles de hasta el 60%.
Para el Sudeste Asiático, esto supone una amenaza significativa. La región depende en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos, con países como Vietnam, Malasia, Tailandia y Filipinas como proveedores cruciales de electrónica, ropa, calzado, piezas de automóviles y materias primas. Los aranceles generales podrían perturbar estas exportaciones, lo que supondría un aumento de los costes para los consumidores y fabricantes estadounidenses que dependen de estos bienes para sus líneas de producción. Vietnam, por ejemplo, que es el mayor exportador del sudeste asiático a Estados Unidos, se enfrenta a mayores riesgos económicos. En 2019, bajo la primera administración de Trump, Vietnam fue etiquetado como el “peor abusador” del mundo del comercio estadounidense, lo que llevó a tensas relaciones comerciales y al inicio de sanciones por supuesta manipulación de divisas, una medida que más tarde fue abandonada por la administración Biden.
La posible reimposición de estos aranceles podría provocar una importante recesión en las economías de la ASEAN. La consultora Oxford Economics estima que las políticas arancelarias de Trump podrían provocar un descenso del 3% en las exportaciones de Asia (excluida China), y que las economías más pobres del Sudeste Asiático podrían experimentar descensos más pronunciados. Países como Indonesia y Camboya, que se benefician menos de la diversificación de sus exportaciones que Vietnam, podrían ser especialmente vulnerables.
Sin embargo, no todas las repercusiones son uniformemente negativas. Malasia y Tailandia, que vieron una afluencia de inversiones durante el primer mandato de Trump cuando las empresas buscaron alternativas a China, podrían volver a beneficiarse si presiones económicas similares impulsan a las empresas a diversificar sus cadenas de suministro lejos de China.
Navegar por el SPG y las preferencias comerciales
El Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) ha sido un componente fundamental de la estrategia comercial de la ASEAN con EE.UU. Como señalaron Lili Yan Ing (secretaria general de la AIE) y Yessi Vadila (especialista en comercio de ERIA), el SPG ofrecía acceso libre de impuestos a aproximadamente 4.867 productos (basados en líneas arancelarias de 6 dígitos del SA) en 2023 para los países elegibles. Este programa ha sido fundamental para mejorar la competitividad de las exportaciones de la ASEAN en el mercado estadounidense, con países como Indonesia, Filipinas y Tailandia cosechando importantes beneficios. En 2023, las exportaciones de la ASEAN por valor de 11.700 millones de dólares disfrutaron del estatus SPG, abarcando una amplia gama de productos, desde piezas eléctricas hasta neumáticos y productos químicos orgánicos.
Sin embargo, la administración de Trump ha mostrado históricamente una propensión a reevaluar y a menudo recortar los beneficios del SPG. Durante su primer mandato, países como India y Turquía fueron retirados de la elegibilidad del SPG debido a desequilibrios comerciales y otras preocupaciones económicas. Si la segunda administración Trump opta por reevaluar y potencialmente reducir el acceso al SPG para los países de la ASEAN, las repercusiones económicas podrían ser graves. Aproximadamente el 60% de las exportaciones de la ASEAN respaldadas por el SPG proceden de Tailandia e Indonesia, según Ing y Vadila, lo que hace que estos países sean especialmente susceptibles a los cambios de política. La supresión o reducción de los beneficios del SPG no sólo haría menos competitivas las exportaciones de la ASEAN, sino que también podría provocar un aumento de los costes de producción para las empresas estadounidenses que dependen de estas importaciones, contribuyendo así al aumento de los precios internos y de la inflación en Estados Unidos.
Es posible que las naciones de la ASEAN tengan que entablar enérgicas negociaciones diplomáticas para conservar o modificar su estatus SPG. Construir lazos bilaterales más fuertes con Estados Unidos y demostrar los beneficios mutuos de mantener las condiciones comerciales preferenciales podrían ser estrategias esenciales. Además, los países de la ASEAN podrían estudiar la posibilidad de ampliar sus carteras de productos para incluir bienes de mayor valor que sean menos susceptibles de incrementos arancelarios, manteniendo así su ventaja competitiva en el mercado estadounidense.
Cambios en la cadena de suministro e inversión extranjera directa (IED)
La estrategia económica de Trump también hace hincapié en la deslocalización de la fabricación y la reducción de la dependencia de proveedores extranjeros. El objetivo de esta política es devolver los empleos manufactureros a Estados Unidos, impulsando así la producción nacional y disminuyendo la dependencia de las cadenas de suministro internacionales. Para el Sudeste Asiático, esto supone un reto y una oportunidad. Por un lado, la deslocalización podría reducir la demanda de la producción manufacturera de la ASEAN, sobre todo en sectores como la electrónica, el textil y las piezas de automóvil. Este cambio podría provocar una disminución de los volúmenes de producción, lo que repercutiría negativamente en las exportaciones y el crecimiento económico de la región.
Por otra parte, la estrategia “China más uno” -en la que las empresas mantienen parte de sus operaciones en China mientras establecen bases adicionales en otros países- podría beneficiar a las naciones de la ASEAN. Países como Vietnam, Malasia y Tailandia son alternativas atractivas debido a sus competitivos costes laborales, su estratégica ubicación geográfica y la mejora de sus infraestructuras. La primera administración Trump vio una notable fuga de inversiones lejos de China, con corporaciones multinacionales trasladando la producción a estos centros del sudeste asiático para protegerse de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Un segundo mandato de Trump podría acelerar aún más esta tendencia, lo que podría conducir a un aumento de la IED en la ASEAN, ya que las empresas buscan diversificar sus bases de fabricación.
Si nos ponemos a especular, también podría darse el caso contrario.
En 2023, la inversión extranjera directa (IED) estadounidense en la ASEAN ascendió a 74 360 millones de dólares, lo que convierte a Estados Unidos en la mayor fuente de IED para la región, con un 32,35% de las entradas totales. En la década comprendida entre 2012 y 2021, la región de la ASEAN recibió casi 346.000 millones de dólares en inversión directa estadounidense, y solo Singapur recibió 295.000 millones de dólares. En caso de que las políticas de Trump incentiven a las empresas estadounidenses a reinvertir en el país en lugar de en el extranjero, la ASEAN podría sufrir un descenso de la IED procedente de EE. UU. Esto afectaría especialmente a los sectores que dependen del capital, la tecnología y la experiencia estadounidenses, como las finanzas, las tecnologías de la información y la comunicación y la fabricación avanzada.
Para mitigar los riesgos relacionados con las caídas de la inversión estadounidense, las naciones de la ASEAN pueden necesitar diversificar sus fuentes de IED atrayendo el interés de la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Oriente Medio, reduciendo así su dependencia de un único mercado.
Además, las inversiones de nueva creación de la ASEAN en industrias clave dentro de determinados estados de Estados Unidos podrían reforzar los lazos comerciales y de inversión con una administración Trump transaccional, al tiempo que apoyan la creación de empleo estadounidense vinculada a las exportaciones destinadas a los mercados de la ASEAN.
En términos más generales, los países de la ASEAN podrían aumentar su atractivo para los inversores extranjeros si siguieran mejorando sus entornos empresariales locales, invirtiendo en infraestructuras digitales y fomentando las industrias impulsadas por la innovación. Al crear unas condiciones más atractivas para un abanico diverso de inversores, la ASEAN puede garantizar un flujo constante de capital, tecnología y experiencia, incluso si disminuye la inversión estadounidense.
Dinámica geopolítica y problemas de seguridad
Más allá de las implicaciones económicas, una segunda presidencia de Trump tiene profundas ramificaciones geopolíticas para el Sudeste Asiático. La rivalidad entre Estados Unidos y China se está intensificando, y las naciones del sudeste asiático se encuentran a menudo atrapadas entre dos fuegos. El enfoque transaccional de la política exterior de Trump, que prioriza los intereses nacionales y las ganancias económicas sobre las alianzas ideológicas, puede resonar con muchos líderes de la ASEAN que comparten una postura pragmática hacia las relaciones internacionales.
Sin embargo, este alineamiento conlleva importantes problemas de seguridad. Países como Filipinas, Malasia y Vietnam dependen en gran medida de los lazos de defensa con Estados Unidos para contrarrestar el creciente poderío económico y militar de China. Filipinas, en particular, mantiene desde hace tiempo un Tratado de Defensa Mutua con Estados Unidos (con directrices bilaterales de defensa acordadas en 2023) y el presidente Ferdinand Marcos Jr. ha reiterado la importancia de esta alianza para mantener la estabilidad regional. La impredecible política exterior de Trump podría socavar estas alianzas de seguridad, especialmente si su administración desprioriza las alianzas en favor de acuerdos bilaterales que sirvan a intereses económicos inmediatos.
El mar de China Meridional sigue siendo un punto álgido, ya que las reivindicaciones territoriales de China desafían la soberanía de varios Estados miembros de la ASEAN. Un segundo mandato de Trump podría agravar las tensiones en la región, ya que Estados Unidos podría adoptar una postura de mayor confrontación con China. Esto podría traducirse en un aumento de la presencia y las maniobras militares, lo que podría agravar los conflictos y desestabilizar la región. Por ejemplo, Malasia y Vietnam, que tienen reivindicaciones que se solapan con China, podrían ver sus estrategias de seguridad sometidas a tensión si Estados Unidos deja de centrarse en mantener una sólida presencia militar en el Indo-Pacífico.
Para sortear estos retos geopolíticos, los países de la ASEAN deben adoptar un enfoque matizado de sus políticas exteriores. Reforzar la cooperación regional a través de foros como el Foro Regional de la ASEAN (ARF) y la Cumbre de Asia Oriental (EAS) puede ayudar a construir un marco de seguridad colectiva. Además, la mejora de los lazos bilaterales con otras grandes potencias, como Japón, India y Australia, puede proporcionar una red de seguridad más equilibrada, reduciendo la excesiva dependencia de Estados Unidos y manteniendo al mismo tiempo cierto grado de autonomía estratégica.
Enfrentarse al complejo entramado de las relaciones entre Estados Unidos y China
La agresiva postura de Trump frente a China ha catalizado una remodelación regional, en la que las naciones de la ASEAN actúan como destinos alternativos para las empresas que desinvierten en China. Como se ha explicado anteriormente, esta estrategia China Plus One ya ha comenzado a remodelar el panorama económico de la región del Sudeste Asiático. Por ejemplo, Vietnam se ha convertido en uno de los principales beneficiarios, atrayendo importantes inversiones de multinacionales como Dell, Apple, Samsung, Nike, Adidas, Zara y H&M, que han trasladado o están considerando trasladar parte de sus operaciones de fabricación desde China para combatir el aumento de los costes y hacer frente a los riesgos de acceso al mercado estadounidense.
Sin embargo, este realineamiento económico también conlleva mayores riesgos geopolíticos. A medida que los países de la ASEAN estrechan sus lazos económicos tanto con Estados Unidos como con China, deben gestionar cuidadosamente sus relaciones para evitar verse envueltos en rivalidades entre superpotencias. El delicado equilibrio entre el mantenimiento de unas relaciones económicas sólidas con China y el aprovechamiento de las inversiones y los vínculos de seguridad con Estados Unidos requiere una diplomacia hábil y una previsión estratégica.
Además, la intensificación de las tensiones entre Estados Unidos y China podría provocar interrupciones en la cadena de suministro, ya que las empresas navegan entre los aranceles, las barreras comerciales y las consideraciones geopolíticas. Por ejemplo, las industrias electrónica y automovilística, que forman parte integral de la economía de exportación de la ASEAN, podrían enfrentarse a una volatilidad significativa a medida que las empresas ajustan sus cadenas de suministro para mitigar los riesgos asociados a las subidas de aranceles y la inestabilidad política. Por lo tanto, los países de la ASEAN deben invertir en la creación de cadenas de suministro más resistentes y diversificadas, reduciendo la dependencia de un único mercado o país.
Respuestas estratégicas de la ASEAN: Opciones claves
Diversificación y cooperación regional
Ante estos desafíos multifacéticos, la ASEAN debe adoptar una estrategia proactiva y polifacética para salvaguardar sus intereses económicos y geopolíticos. La diversificación de las asociaciones económicas es primordial. Ampliando las relaciones comerciales más allá de Estados Unidos, la ASEAN puede mitigar los riesgos asociados al posible proteccionismo estadounidense. El fortalecimiento de los lazos económicos con la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Oriente Medio puede proporcionar mercados y fuentes de inversión alternativos, reduciendo la dependencia de Estados Unidos y China.
Potenciar el comercio dentro de la ASEAN es otra estrategia fundamental. La Comunidad Económica de la ASEAN (AEC) pretende crear un mercado y una base de producción únicos que faciliten la libre circulación de bienes, servicios, inversiones y mano de obra cualificada entre los Estados miembros. Al profundizar en la integración regional, la ASEAN puede reforzar su resistencia económica, garantizando que las perturbaciones en un país miembro no afecten significativamente a toda la región. Iniciativas como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), que incluye a grandes economías como China, Japón y Corea del Sur, ofrecen nuevas vías de cooperación e integración económica.
Además, la ASEAN debe centrarse en reforzar su entorno empresarial para atraer una amplia gama de inversiones extranjeras. La mejora de los marcos normativos, la inversión en infraestructuras digitales y el fomento de industrias impulsadas por la innovación pueden aumentar el atractivo de la región para los inversores mundiales. Al crear un entorno más propicio para los negocios y la innovación, la ASEAN puede atraer inversiones de un espectro más amplio de países, reduciendo la dependencia de un único bloque económico.
Aprovechar la tecnología y el desarrollo sostenible
A medida que la dinámica del comercio mundial evoluciona y la administración Trump se aleja de los objetivos de acción climática de Estados Unidos, la ASEAN tiene la oportunidad de aprovechar la tecnología y el desarrollo sostenible para mejorar su ventaja competitiva global. Invertir en tecnologías de fabricación avanzadas, digitalización e industrias verdes puede posicionar a los países de la ASEAN como líderes en industrias de próxima generación. Por ejemplo, el desarrollo de una sólida infraestructura digital y el fomento de una mano de obra cualificada en los sectores tecnológicos pueden atraer inversiones en alta tecnología e impulsar el crecimiento económico.
La sostenibilidad es otro ámbito en el que la ASEAN puede diferenciarse. Adoptar energías renovables, una agricultura sostenible y prácticas de fabricación respetuosas con el medio ambiente no sólo puede atraer a inversores concienciados con el medio ambiente, sino también garantizar la resiliencia económica a largo plazo. Al dar prioridad al desarrollo sostenible, la ASEAN puede abordar tanto los retos económicos como los medioambientales, creando un futuro más estable y próspero para la región.
Mejorar la agilidad diplomática
Desde el punto de vista diplomático, la ASEAN debe dar muestras de agilidad y previsión estratégica para sortear las rivalidades entre Estados Unidos y China. La creación de instituciones multilaterales más fuertes y el fomento de la solidaridad regional pueden proporcionar un frente unido en las negociaciones con las grandes potencias. La ASEAN también puede participar en una diplomacia activa con Estados Unidos y China, tratando de mantener relaciones constructivas al tiempo que salvaguarda sus intereses.
Promover el diálogo y la cooperación dentro de la región puede ayudar a los países de la ASEAN a presentar una postura cohesionada en cuestiones críticas, aumentando su poder de negociación en la escena mundial. Además, invertir en formación y recursos diplomáticos puede dotar a los líderes de la ASEAN de las habilidades necesarias para gestionar con eficacia unas relaciones internacionales complejas.
Oportunidades en medio de desafíos
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos plantea importantes retos económicos y geopolíticos para el Sudeste Asiático, pero también oportunidades de crecimiento estratégico y resiliencia. El aumento de los aranceles, las posibles suspensiones del SPG y los cambios en los flujos de IED requieren medidas proactivas para diversificar las asociaciones económicas, reforzar la cooperación regional y mejorar el entorno empresarial. Aprovechando la tecnología, adoptando el desarrollo sostenible y demostrando agilidad diplomática, la ASEAN puede transformar los posibles contratiempos en vías de crecimiento y fortaleza regional.
En última instancia, la capacidad del Sudeste Asiático para adaptarse e innovar ante la cambiante dinámica mundial determinará su éxito a la hora de convertir los retos de una agenda de “Estados Unidos primero” en una nueva era de resiliencia y transformación económica a largo plazo.
Principales conclusiones
- Vulnerabilidades y oportunidades económicas: El Sudeste Asiático debe prepararse para posibles aranceles y cambios en la dinámica comercial, que afectarán sobre todo a grandes exportadores como Vietnam y Tailandia. Sin embargo, surgen oportunidades para que los países atraigan inversiones a medida que las empresas se diversifican y se alejan de China.
- Las preferencias comerciales en peligro: La posible reevaluación del Sistema Generalizado de Preferencias podría afectar a la competitividad de la ASEAN en el mercado estadounidense, lo que exigiría esfuerzos diplomáticos para mantener unas condiciones comerciales favorables.
- Cambios en la cadena de suministro: Aunque las políticas de deslocalización pueden reducir la demanda de la producción manufacturera de la ASEAN, la estrategia “China más uno” ofrece una vía para la inversión continuada y la diversificación económica.
- Disminución de la IED y diversificación: Un segundo mandato de Trump podría provocar un descenso de la inversión extranjera directa estadounidense, lo que impulsaría a la ASEAN a buscar fuentes alternativas de capital y reforzar los lazos económicos regionales con los mercados de Oriente Medio y Europa.
- Equilibrio geopolítico: La ASEAN debe sortear la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China con diplomacia estratégica, reforzando la cooperación regional y forjando relaciones equilibradas con múltiples potencias mundiales.
- Respuestas estratégicas: Diversificar las asociaciones económicas, potenciar el comercio intra-ASEAN, invertir en tecnología y sostenibilidad, y demostrar agilidad diplomática son estrategias cruciales para la resiliencia de la ASEAN.
Dezan Shira & Associates
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