Other BriefingsEntendiendo el mercado laboral de Indonesia
El mercado laboral de Indonesia refleja los cambios económicos y sociales del país. El país ha experimentado un crecimiento constante del empleo, impulsado principalmente por sectores como la industria manufacturera, la agricultura y los servicios. La urbanización también ha desempeñado un papel importante en el cambio de los patrones de empleo, con más oportunidades de trabajo disponibles en las ciudades que en las zonas rurales. Sin embargo, el subempleo y el empleo informal siguen siendo problemas persistentes. El subempleo se manifiesta a menudo en forma de trabajadores empleados en puestos que no aprovechan plenamente sus capacidades u ofrecen una remuneración adecuada. El sector informal, que comprende las pequeñas empresas y el trabajo por cuenta propia, sigue representando aproximadamente el 58% de la mano de obra. Los empleos en este sector suelen carecer de contratos formales, seguridad laboral y prestaciones, lo que lo convierte en un área crítica para la intervención política y la mejora.
Demografía y distribución de la mano de obra
Indonesia tiene una población activa de más de 142 millones de personas, lo que la convierte en la mayor del Sudeste Asiático. Además, la población es notablemente joven, con una edad media de unos 30 años. Según Statistics Indonesia (instituto gubernamental no departamental encargado de realizar encuestas estadísticas), el país está entrando actualmente en una era de “bono demográfico” en la que la población productiva (15-64 años) supera a la no productiva. Se prevé que el punto álgido de este bono se alcance en 2045. Como tal, este cambio demográfico presenta una oportunidad única para el crecimiento económico, siempre que el país pueda aprovechar eficazmente el potencial de su mano de obra joven y dinámica. Sin embargo, Indonesia debe abordar retos como la creación de empleo, la educación, la sanidad y la desigualdad económica para aprovechar plenamente estas oportunidades.
El gobierno indonesio está invirtiendo en infraestructuras educativas, formación del profesorado y plataformas digitales de aprendizaje. Las políticas para estimular el crecimiento del empleo, como los incentivos a la inversión extranjera, el apoyo a las PYME y el desarrollo de zonas industriales, son cruciales. Es importante mejorar el acceso a una atención sanitaria de calidad, a través de programas como el Seguro Nacional de Salud (JKN), cuyo objetivo es la cobertura sanitaria universal.
Distribución de la mano de obra
La población activa de Indonesia se concentra en gran medida en las zonas urbanas, con grandes ciudades como Yakarta, Surabaya y Bandung como centros clave de empleo. Estas ciudades atraen a una parte significativa de la mano de obra debido a las diversas oportunidades de empleo disponibles en sectores como los servicios, las finanzas y la tecnología. La urbanización ha intensificado esta tendencia, provocando una concentración de empleos en las áreas metropolitanas, lo que a su vez impulsa el crecimiento económico y la modernización. Sin embargo, una parte sustancial de la población sigue dedicada a la agricultura rural, lo que refleja la naturaleza dual de la economía indonesia.
La agricultura tradicional sigue coexistiendo con las modernas industrias urbanas, desempeñando un papel crucial en las zonas rurales al proporcionar medios de vida a millones de personas y contribuir tanto a la seguridad alimentaria como a los ingresos de exportación.
Sistema educativo y preparación de la mano de obra
El sistema educativo se estructura en tres niveles principales:
- Primaria;
- Secundaria; y
- Educación terciaria.
La educación primaria dura seis años, empezando a los siete, y va seguida de tres años de educación secundaria elemental. A continuación, los alumnos pasan a la enseñanza secundaria superior, que dura otros tres años. La educación terciaria se imparte en universidades, academias y politécnicos, que ofrecen diversos programas de licenciatura y posgrado.
En los últimos años, el gobierno ha realizado importantes inversiones para mejorar la infraestructura educativa y ampliar el acceso, trabajando para integrar la tecnología en las aulas a través de plataformas digitales de aprendizaje y la mejora de la conectividad a Internet en zonas remotas. A pesar de estos esfuerzos, persisten importantes retos. Las disparidades de calidad entre las escuelas urbanas y rurales son pronunciadas, ya que las escuelas urbanas suelen tener mejores instalaciones, profesores más cualificados y mejores niveles de rendimiento de los alumnos. El acceso a la enseñanza superior es otro problema crítico, ya que muchos estudiantes de zonas rurales se enfrentan a obstáculos financieros y logísticos que les impiden cursar estudios superiores.
Salario mínimo y costes laborales
El sistema de salario mínimo escalonado de Indonesia establece una base de referencia nacional, que permite a los gobiernos regionales ajustar los salarios en función de las condiciones económicas locales para garantizar que reflejan el coste de la vida y la productividad económica. El salario mínimo se aplica a todos los trabajadores con menos de un año de antigüedad, tras lo cual los empleados pueden cobrar según la escala salarial de la empresa.
Las empresas tienen ahora prohibido retrasar el pago del salario mínimo, salvo las microempresas y las pequeñas empresas. Estas pequeñas empresas están exentas de pagar el salario mínimo regional, pero están obligadas a compensar a sus trabajadores con al menos el 50% del consumo público medio o el 25% por encima del umbral de pobreza provincial.
Distribución por sexos
La mano de obra indonesia está compuesta en su mayor parte por jóvenes: más de la mitad de los trabajadores tienen entre 20 y 39 años. Sin embargo, los trabajadores de más edad también desempeñan un papel importante: representan alrededor del 15% de la mano de obra y aportan una valiosa experiencia y estabilidad. Estos empleados de más edad son esenciales para orientar a los trabajadores más jóvenes y garantizar la continuidad dentro de las industrias.
Indonesia ha sido testigo de una tendencia creciente en la participación de la mano de obra femenina, especialmente en las zonas urbanas y en el sector servicios. En 2023, las mujeres constituían alrededor del 38% de la población activa, una cifra que ha ido en aumento en los últimos años. A pesar de este progreso, persiste la desigualdad de género, sobre todo en los puestos directivos, donde las mujeres sólo ocupan alrededor del 14% de los puestos ejecutivos. Además, en campos tradicionalmente dominados por los hombres, como la ingeniería y la tecnología, las mujeres representan menos del 20% de la mano de obra. Los esfuerzos para combatir estas disparidades incluyen iniciativas gubernamentales y organizativas centradas en la promoción de la igualdad de género y la capacitación de las mujeres en entornos profesionales.
Para apoyar a los trabajadores de más edad en el cambiante mercado laboral, hay iniciativas en marcha destinadas a evitar su marginación. Se están desarrollando programas de reciclaje y mejora de las cualificaciones para ayudar a los empleados de más edad a adaptarse a los cambios tecnológicos y a las demandas del sector. Por ejemplo, el programa Tarjeta Preempleo se ha ampliado para incluir formación específicamente diseñada para los mayores, ayudándoles a seguir siendo competitivos y productivos en el mercado laboral.
Porcentaje de mano de obra formal por sexo en Indonesia
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